terça-feira, 11 de fevereiro de 2014

¿POR QUÉ HAY TANTO SUFRIMIENTO Y DOLOR EN EL MUNDO?

En la vida hay muchas circunstancias difíciles: La enfermedad. El dolor. El sufrimiento. La tragedia. La muerte. Todas estas son realidades tristes que todos nosotros enfrentaremos tarde o temprano. Muchas veces en medio de tales tiempos difíciles las personas se preguntan: ¿Por qué Dios permite tanto sufrimiento y dolor en el mundo? Para la respuesta a esa pregunta, necessitamos mirar a la única fuente de verdad que no puede
equivocarse: la Santa Biblia. Es la Palabra inspirada por Dios y nos da las respuestas a las preguntas más importantes de la vida. En el libro de Génesis (capítulos 1-3), la Biblia nos dice cómo Dios creó todas las cosas para Su propia gloria. También nos dice que Dios creó al hombre a Su imagen, moralmente puro y justo y en un estado de paraíso. Luego la Biblia dice: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.” (Génesis 1:31). No había sufrimiento en el mundo, ni pecado, corrupción ni muerte; todo era “buenoen gran manera”. Dios creó al hombre para tener comunión con Él y adorarle y glorificarle; su relación era perfecta. Sin embargo, Dios dio un mandamiento al hombre y la mujer y ellos escogieron desobedecerlo. Dios les había advertido que si pecaran, morirían (Gén. 2:17). Ellos escogieron voluntariamente a pecar contra Dios, y por eso, la ira de Dios fue desatada sobre ellos. La muerte espiritual vino sobre el hombre, el pecado corrompió la entera naturaleza del hombre, Dios maldijo al hombre en Su justo juicio, y la relación entre el hombre y Dios fue cortada (Gén. 3:8-9). El sufrimiento y la muerte entraron al mundo por la rebeldía del hombre contra Dios.
Ya que somos descendientes de Adán, el primer hombre, todos hemos heredado una naturaliza corrupta. La Biblia dice: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12). Adán no fue el único en pecar y quebrantar la Ley de Dios. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Todos somos culpables y merecemos el juicio de Dios. Tu eres tan culpable ante Dios que Adán lo fue cuando pecó, porque tú has hecho lo mismo. Has violado la Ley santa de Dios y debido a que Dios es un “juez justo” (Salmo 7:11) Él castigará a todo pecado. Si alguna vez has mentido, eres un mentiroso en Su vista. Si has robado, eres un ladrón. Jesús dijo: “cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:28). El mira al deseo sexual como adulterio, y también dice que el odiar es igual que el asesinar: “Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna...” (1 Juan 3:15). Aun teniendo rencor o rehusando a perdonar a alguien es un pecado que merece la condenación eterna (Mateo 6:14-15). La Biblia dice: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” (Apocalipsis 21:8). También dice: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios” (1 Corintios 6:9-10). No hay ninguno que es justo ante Dios (Rom. 3:10). Y sin la justicia, el hombre se perderá bajo el juicio justo de Dios. ¿Puede el culpable ser perdonado? La Biblia dice que todos tendremos que comparecer ante el Tribunal de Cristo (2 Cor. 5:10). En ese día, tus buenas obras no te podrán
salvar. Ya eres culpable y estás bajo la maldición del pecado. Nada bueno que puedas hacer podrá cambiar el hecho de que mereces la muerte eterna en el infierno. Ya que Dios es justo, Él castigará a todos aquellos que han quebrantado Su Ley. Él no librará a los criminales salvo que la multa de ellos sea pagada, y las malas noticias son que no hay nada que puedes hacer en tus propias fuerzas para pagar esa multa. Pero las buenas noticias
son que Dios ha proveído un camino en que puedes ser perdonado. Él ha pagado la multa que tú nunca podrías pagar. El sufrió para que tú puedas recibir el perdón y la vida eterna. “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23). Dios, en Su gran amor por el hombre, envió a Su Hijo unigénito, Jesucristo, para venir al mundo y pagar por nuestros pecados. Jesús fue Dios em la carne y vivió la vida perfecta que ninguno de nosotros hemos vivido. En Su amor y misericordia para pecadores como nosotros, Él escogió llevar nuestros pecados a la cruz y morir bajo la ira de Dios en nuestro lugar. Escribiendo a los cristianos en Roma, el apóstol Pablo dijo: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos  reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida” (Romanos 5:8-10). Jesucristo fue inocente, y sin embargo Él voluntariamente escogió llevar nuestro pecado sobre Sí mismo y derramar Su sangre para pagar el precio que nosotros no podríamos pagar. Su sangre compró la salvación para todos aquellos que creen en Él y le siguen. El Sufrimiento y la Muerte fueron derrotados por el Señor resucitado.
Jesucristo no tenía pecado, y por lo tanto fue imposible que la muerte tenga algún derecho sobre Él (Hechos 2:24). ¡Él se resucitó de entre los muertos en poder y victoria! É derroto el pecado, la muerte y el infierno y ahora nos ofrece la misma victoria. Tu problema más grande no es el sufrimiento temporal en esta vida. Tu problema más grande es tu pecado. Cristo vino a destruir tu pecado para que puedas tener la vida eterna y ser reconciliado con Dios.
Así como por el pecado de Adán la muerte vino al mundo, de la misma manera por la justicia de Cristo, la vida eterna es dada a todos los que creen el Evangelio (Rom. 5:15-21). ¿Vendrás a Cristo y serás salvo? Tú puedes recibir el perdón de Dios y el regalo de la vida eterna ahorita. Solo ven a Jesucristo. ¡Él está vivo! ¡Él tiene el poder para librarte del
pecado! Él te manda ahora a arrepentirte y crer el Evangelio (Marcos 1:15). Renuncia tu propia vida y síguelo desde hoy en adelante. Dale la espalda a tus pecados para siempre y acude al Señor Jesucristo en fe, confiando solamente em Él para salvarte de la muerte y del infierno  “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él” (Juan 3:36). ¡No esperes! ¡Corre a Jesucristo ahora! ¡Clama a Él en fe! Confía en Él y Él te salvará y te transformará en una nueva persona para siempre. La Promesa de Dios de la Vida Eterna. Para los que verdaderamente confían solo em Jesucristo como su Señor y Salvador, y le aman, obedecen y siguen con todo su corazón, habrá un nuevo cielo y una nueva tierra donde vivirán para siempre. La Biblia lo describe: “Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está
entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado” (Apocalipsis 21:3-4). No habrá más sufrimiento ni dolor ahí y todos contemplarán la gloria de Dios por toda la eternidad. ¿ESTARÁS AHÍ? No rechaces el amor de Dios y la oferta de la vida eterna.  onsíguete una Biblia y léela todos los días. Comienza con el Nuevo Testamento y léela toda en orden. Ora mientras que leas para que Dios te ayude a entenderla, y obedece todo lo que lees. 

JULIO MORINGO DE LOS SANTOS
ROSARIO - ARGENTINA
BY: (SANTIDAD PRODUCCIONES)

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